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Mensajes de la Luna

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Todo estaba calmado en aquél bosque, la tarde estaba por caer y el color naranja se apreciaba en el horizonte, ya se escuchaban los sonidos de algunos insectos y animales nocturnos preparándose para una hermosa noche de luna llena.  Armin, una de las hadas guardianas de ese bosque, estaba sentada en una rama de aquél viejo árbol.  Ella era una de las hadas que le llamaban «Arquetonlladas».  Tenía la facultad de presentir la llamada de la Diosa de la Luna, y descifrar sus mensajes para escribirlos en el gran libro de los secretos de la noche y documentar así los misterios de las mujeres valientes que confiesan sus locuras viendo hacia la luna.  Pero esa tarde estaba confundida…  Kirla, una abuela «humana» y sabia con largo cabello lleno de canas, salió a recoger algunas hierbas para sus pócimas y hechizos que realizaría con sus compañeras brujas en aquella noche de luna llena y solsticio de verano.  Escuchó que alguien la llamaba a lo lejos: ―¡Kirla, Kirla! ―rápido volteó a ver a la ram

EL DÍA DE LOS DIFUNTOS

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  Un cuadro se caía de la repisa, Agosto mi gato descansaba plácidamente en el sofá. Levanté el cuadro y lo coloqué en su lugar, era la foto de mi difunta abuela. Tenía que practicar mis clases de piano y de repente recordé la melodía que solía sonar en la cajita de música de ella. Traté de tocarla igual, cerré los ojos y la sentí a ella tocando conmigo. Ella nunca tocó piano pero le encantaba la música. De pronto la vi parada frente a mí con una cara angelical como de veinteañera, cuando falleció tenía 90. Me dijo unas palabras que todavía resuenan en mi mente, decía algo así como: “allá está nuestro hogar, nos veremos algún día, hay un jardín inmenso, mucha paz, todos vivimos felices y no hay dolor, todos te mandan saludos…”, el resto no lo puedo recordar. Me dio un beso en la frente y desapareció entre las cortinas que se movían por el viento. Agosto observaba como ido, yo pensé que me había quedado dormida y era un sueño. Todavía tenía el cuadro en la mano y un aroma a j

Soledad

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 Y mientras la luna se asoma con todo su esplendor, Celia no deja de ver por la ventana y sentir su soledad desde su habitación en el psiquiátrico.  Le dijeron que tenía una extraña condición. Ella solo quería bautizar todas y cada una de las estrellas en el cielo.  Imaginaba historias de planetas lejanos de otros mundos donde ella pudiera ser libre y encontrar amigos nuevos. Desde hace varios meses que nadie la visitaba.   Solo la señora de la limpieza quién se había convertido en su única confidente. A los médicos ya no les tenía tanta confianza.  Un día, la señora de la.limpieza dejó abierta la puerta de su habitación, Celia aprovechó el momento y corrió escaleras arriba lo más rápido que pudo y justo allí, en la orilla del techo vio hacia el horizonte y sintió que podía volar, abriendo sus brazos se lanzó al vacío.   Según ella sería libre, pero se quedó atrapada entre dos mundos y todavía deambula en aquel hospital, ya no se siente sola eso sí, encontró otros que también querían s

¿Quién eres tú?

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  ¿Quién eres tú?  Caballero andante de la mirada penetrante. De sonrisa sincera y espíritu entusiasta, Con un toque de frescura y otro de ternura, Amable, respetuoso y un tanto apasionado. ¿Quién eres tú? Con un aire de personaje literario de novelas de antaño, Pero con semblante firme y muy bien concentrado. De porte recio, pisadas firmes y amante de sus raíces, Con largo camino recorrido y experiencias bien vividas. ¿Quién eres tú? De nobleza eterna y fuertes argumentos, De seguridad impetuosa y  grandes ideales, Romántico de corazón y testarudez inconstante, Narrador del tiempo, mente culta y naturalista de alma sencilla. ¿Quién eres tú? Sombra de mis pensamientos, protagonista de mis relatos, Fantasma de mis latidos fragmentados, Héroe de mis versos excitados,  de mis noches agitadas De mis corajes inexplicables, de mis anhelos misteriosos. ¿Quién eres tú?...  ¿quién eres tú?  © Claudia Bermúdez W.  (Armonía) 12 de mayo 2019

Gritos

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 La luna resplandecía sobre tu figura varonil, pero hacía sombra en tu rostro y no podía ver tu mirada.  Siento que tus palabras no concordaban con tu corazón; pensé que sería un momento romántico y dulce como siempre había sido.  Escuché gritos desgarradores de mis compañeros a lo lejos y empecé a gritar, pero nadie nos escuchaba. Un ruido ensordecedor me hizo perder la atención.  ¡Luna! ¡Ayuda!, algo malo está sucediendo. Tu rostro no se ¿qué me dice?, sigo sin poder ver tu mirada.  La luna me encandila.  ¿¡No entiendo, qué sucede!?  Veo para todos lados y solo estás tú aquí frente a mí.  El viento moviendo los árboles, la lechuza a lo lejos.  ¿Qué pasa? Prefiero que no te acerques, me invade el miedo, la duda.  ¡No por favor! Todo se quedó en silencio.  La luna cada vez más encendida.  Tú te fuiste y yo, solo yo traté de reaccionar.  ¿Qué sucedió?  ¡Luna, dime!  No puedo moverme.  ¿Acaso estoy soñando?  Si, una pesadilla, tranquila pronto voy a despertar.  ¡Sí, eso es!   Al día sigu

La Carta

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 ¡Miserable!, ¡Miserable! Gritó Justina mientras se miraba la espejo, lanzándole un frasco de perfume para que éste se rompiera en mil pedazos.   Ella, con las emociones a flote, enojada consigo misma, con la vida, con Dios tomó sin más su cámara fotográfica la metió en su cartera, sus lentes de sol y salió azotando la puerta como "alma que se lleva el viento". Ya más calmada llegó a orillas del río cercano a su casa, colocó la cámara en su trípode e hizo un paneo para buscar el mejor ángulo.  Programó el disparador automático en diez minutos mientras totalmente desnuda se metió al agua y abriendo los brazos flotó sobre la superficie, entrecerrando los ojos para que el sol no la molestara. Tras accionarse el disparador en modo de " vídeo", empezó a repetir en voz alta, las últimas líneas de aquella carta que enviaría a su marido quién según ella, se encontraba de gira de trabajo por Madrid... ...Decirlo por teléfono sería muy vergonzoso, no podría hacerlo, así que t

Miedo

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Luciana era una chica fresca y sonriente, había vivido una vida normal y a sus 25 años estaba lista para comerse al mundo con su título universitario ganado y un trabajo estable como asistente de recursos humanos.  Nada podía detenerla y estaba tan enamorada de su prometido Gabriel, un treintañero amante de la naturaleza, trabajaba en el departamento de investigación en el zoológico de la ciudad, por lo que Luciana tenía libre acceso para visitar los animales cuando quisiera, los tigres su fascinación.  Un día Gabriel tuvo un fuerte dolor de cabeza y fue trasladado de emergencia al hospital.  Tras varios exámenes el diagnóstico fue cruel, un tumor cerebral, terminal y sin oportunidad de cirugía.  Ambos estaban devastados.  Luciana se armó de valor y cuidó a Gabriel hasta el final, con amor y dedicación.   Ella siempre había tenido el temor a la "enfermedad", y ahora se le había presentado de una forma que jamás imaginó.   Había pasado un tiempo y el día de los enamorados ella

La Sombrilla

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Sofía caminaba con paso firme y rápido.   La lluvia había atrasado la llegada del bus y era tarde ya para llegar a casa.  Había olvidado su sombrilla y se decidió a caminar las seis cuadras que le faltaban.  No dejaba de llorar pues había tenido una discusión con su suegra, quién tras varios años la seguía tratando como una intrusa en la familia.   El agua de la lluvia le cubría la cara, el cuerpo y borraba sus pisadas.   Pero ella seguía caminando con prisa.   En la esquina aparece una señora con una sombrilla muy grande y con voz fuerte le dice:  ꟷ ¡Doña Sofía, Doña Sofía...venga! Sofía voltea a ver, y se da cuenta que es doña Chusita, la señora que vende tamales cerca del mercado.   ꟷHa, doña Chusita, ¿cómo está?... ꟷ ¡Venga mija que se está mojando!, métase bajo ésta sombrilla, la acompaño para su casa pues voy por ese camino. Sofía agradece el gesto y trata de limpiarse la cara con las mangas del suéter.   ꟷHay mijita, ¿por qué estás llorando? ꟷpreguntó doña Chusita mientras sacab

Jazmin

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  Un cuadro se caía de la repisa, Agosto mi gato descansaba plácidamente en el sofá. Levanté el cuadro y lo coloqué en su lugar, era la foto de mi difunta abuela.    Tenía que practicar mis clases de piano y de repente recordé la melodía que solía sonar en la cajita de música de ella.   Traté de tocarla igual, cerré los ojos y la sentí a ella tocando conmigo.  Ella nunca tocó piano pero le encantaba la música.   De pronto la vi parada frente a mí con una cara angelical como de veinteañera, cuando falleció tenía 90.  Me dijo unas palabras que todavía resuenan en mi mente, decía algo así como: “allá está nuestro hogar, nos veremos algún día, hay un jardín inmenso, mucha paz, todos vivimos felices y no hay dolor, todos te mandan saludos…”, el resto no lo puedo recordar.   Me dio un beso en la frente y desapareció entre las cortinas que se movían con el viento.   Agosto observaba como ido, yo pensé que me había quedado dormida y era un sueño.  Todavía tenía el cuadro en la mano y un aroma

Pensamientos...

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  Ahogándome en mis pensamientos recuerdo una y otra vez esas escenas del pasado como si quisieran decirme algo. No logro descifrar esos recuerdos, quizás sea una válvula de escape a la realidad. El presente se ha vuelto eterno, sin poder verte, sin poder bricar de estrella en estrella, si oler las flores ni dibujar esferas que danzan con cada suspiro. Como un laberinto vamos caminando un poco cada día, sin saber para dónde va la derecha y mucho menos la izquierda.   Como niños sin permiso para salir, encadenados a nuestros miedos y enojados por lo cruel de la humanidad. Deseando estar en otro sitio, en otro planeta quizás pero no aquí. Me volveré loca de ésta rueda del destino que parece girar en el mismo lugar.   Las cosas se acomodan pero van muy lentas, solo quisiera alcanzarte, abrazarte y que ese tiempo lento y ansioso siga su curso, ya no me importa si es respirando tu aliento, enredada en tus besos. Palabras retorcidas que mi mente vomita en una noche de soledad e insomnio, en

Tiempo

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 Hace mucho que no escribo, ni cuentos ni versos. Las palabras se fueron o quizás se quedaron atrapadas entre los segundos o los minutos. El tiempo se disfrazó de sí mismo para que no note su presencia. Quiso ser cortés y presentarme su cara amable danzando entre ayer y mañana. Y para no sentir que se va, se puso una máscara de tu rostro. Para que me enamorara de tí y me olvidara del tiempo. Sigue pasando, esconde mis palabras, el tic tac no se detiene.  Al tiempo ya no lo veo, solo a tí fijo en mi mente y no se si es hoy, mañana o ayer. ©Armonía

Cofre

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 Entre las sombras de mis recuerdos, escondí un cofre especial. El cofre que más he amado en mi vida. Lo llené de imágenes, suspiros, sentimientos, susurros, besos, risas y lágrimas y algunos de los pedazos de mi corazón que se rimpió. Los otros pedazos los tiré con rabia y desconcierto a los 4 elementos: al aire para que se esfumaran entre las tormentas y los huracanes.  Al agua para que se ahogaran entre las lágrimas y se perdieran en el fondo del mar.  A la tierra para que se enredaran con las raíces de los árboles y se volvieran más fuertes y al fuego para que se quemaran junto con mis ilusiones destrozadas y mis sueños engañados.  Y los pedazos que me quedaron ya ni sentian lo punzante de la aguja al coserlos uno a uno junto con los calendarios de los años venideros. No tengo la llave de ese cofre, jamás lo podré abrir de nuevo porque la mandé a fundir junto con el anillo imaginario de un compromiso que inventé por sentirme amada e importante. Poco a poco los 4 elementos me han de

La Reina (reflexión)

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Y tu sombra silenciosa de repente te sorprende con alguna imagen que sale a la superficie de pozo profundo de enredos inconscientes que creíste olvidar.   Y te aparece el viejo diario con una fecha de hace más de diez años con una foto de alguien que no solo se adueñó de tu corazón, sino de todo tu ser e inventó un juego de ajedrez con tus emociones.  Donde tú creíste ser la Reina y serías invencible.  Pero las jugadas cambiaban de año en año y las piezas se iban moviendo a su antojo y te olvidabas que tú eras esa Reina de piezas negras y jugaste quizás varios roles dentro de la partida.   A veces quizás fuiste el Alfil, a veces la Torre, cabalgaste con el Caballo y terminaste siendo un Peón.  Hasta que de la nada cuando pensaste que ibas ganando la partida cuando más enamorada estabas y de un soplo te dijo sutilmente al oído Jaque Mate,  y como si te hubieran de un manotazo tirado del tablero y caído al suelo por muy fuerte que fuera tu estructura, la hubieran pisoteado y tus fragment

Reunión Inesperada

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 La pueta cerrada, al sonar el timbre amablemente sale el guardia de seguridad para verificar que mi nombre estuviera en la lista.  Al entrar, un escalofrío recorrió mi espalda, el pasillo oscuro, frío y silencioso las puertas cerradas.  Caminar por donde he caminado muchas veces es ahora diferente. No vi a nadie, ni siquiera encontré un fantasma, "es temprano", me dije para consolarme y agarrar fuerzas. Al llegar a la puerta al final del pasillo sabía que del otro lado encontraría algo similar al paraíso. Ya estoy aquí y mi corazón empezó a latir fuerte de emoción.  Al ver ese hermoso jardín que tanto extrañaba, los árboles, el aroma a flores, el sonido de las aves y un par de mariposas que pasaron frente a mi, hizo que mis cinco sentidos se iluminaran y no pude evitar, por más que lo intenté, derramar lágrimas de sentimientos encontrados. Había transcurrido un año de aquella noticia fatídica: "pandemia mundial, todo se cierra, usen mascarilla y..." las palabras se

Mi Escuela Primaria (Memorias)

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 (Canción)... Llegó la hora de decir adiós, decir adiós digamos al partir nuestra canción, nuestra canción. En marcha hacia la luz del sol iremos todos hoy se clavará en el cielo el eco de nuestro último adiós. Llegó la hora de decir adiós, decir adiós digamos al partir nuestra canción, nuestra canción. No es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós muy pronto junto al fuego nos reuniremos.... No me podía imaginar que apartir del día que cantamos esa canción, me estaría despidiendo de una de las etapas de mi vida más felices y fascinantes, la de mi querida escuela primaria.  Así fue como nos despedimos de 6 años llenos de aprendizaje, amistad y aventuras.   Aquí con nostalgia les narro algo de esos años que para mí fueron simplemente maravillosos... La escuela era fría, los pasillos eran oscuros, el patio muy grande, las paredes muy grises y habían muchos niños pero más niñas. Los baños parecían como un cuento de ultratunba donde sentías que te iba a aparecer un monstruo o

Ser

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Ermitaña como si fuera la última sobreviviente de una guerra masiva.   Desorientada sin un lugar fijo para estar.   Desconsolada sin pronunciar palabra por no haber nadie más.  Triste por la rutina y los dias iguales que a veces parecen noches y las noches interminables.  Amargada por ser enojada, intolerante y arrogante.  Cansada de una vida sin sorpresas, sin misterio ni movimiento.   Todo igual, en soledad, como una adolescente, indefensa y aburrida.   Los ánimos se bajan, las cosas fluyen pero se estancan, muchos allá, el reloj aquí.  El aire, la noche, el mundo entero en internet, las letras chocando con los pensamientos, desaparecer, renacer, simplemente salir de mi ser.  ©Armonía