Soledad


 Y mientras la luna se asoma con todo su esplendor, Celia no deja de ver por la ventana y sentir su soledad desde su habitación en el psiquiátrico. 

Le dijeron que tenía una extraña condición. Ella solo quería bautizar todas y cada una de las estrellas en el cielo. 

Imaginaba historias de planetas lejanos de otros mundos donde ella pudiera ser libre y encontrar amigos nuevos. Desde hace varios meses que nadie la visitaba.  

Solo la señora de la limpieza quién se había convertido en su única confidente. A los médicos ya no les tenía tanta confianza.

 Un día, la señora de la.limpieza dejó abierta la puerta de su habitación, Celia aprovechó el momento y corrió escaleras arriba lo más rápido que pudo y justo allí, en la orilla del techo vio hacia el horizonte y sintió que podía volar, abriendo sus brazos se lanzó al vacío.  

Según ella sería libre, pero se quedó atrapada entre dos mundos y todavía deambula en aquel hospital, ya no se siente sola eso sí, encontró otros que también querían ser libres, ya no llevan camisas de fuerza, flotan, danzan, conversan, aunque ya no sientan, aunque ya no sueñen, aunque ya nadie los recuerde.©

Claudia Bermúdez W. (Armonía)

12 de enero 2020

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