Bruja
Mujer, te quemaron por bruja, dicen los textos
de historia.
Pero eras naturaleza, manejabas el poder
ancestral de las plantas, de los hongos, de los árboles.
Sabías de la energía de los animales y de su
poder como nuestros hermanos.
Entendiste bien la fluidez del río, la
magnificencia de los lagos, danzabas con la luna.
Llenabas tu cabello de energía de alegría,
colmando tu vientre de ideas nuevas.
Vivías tranquila pero siempre alerta, ayudabas
a los demás en curación física y psíquica.
Fuiste tormenta, fuiste rayos, fuiste fuego.
Tenías una sabiduría interior, y entendías ese
poder, por ser fuerte, por ser mujer.
Si llorabas, lo hacías a escondidas y secabas
tus lágrimas con el viento.
La noche no te asustaba… suspirabas con los
búhos y las estrellas y tus hechizos.
Pero te tuvieron envidia, te quisieron callar y
temían dejarte volar. Te tacharon de loca, de bruja, de diabla.
Los ignorantes, los tontos y los necios te
prendieron fuego, te humillaron, te azotaron te hicieron daño.
Pero no moriste en vano, siglos después muchas te recordamos, te
admiramos.
Ese poder femenino no lo pudieron quemar, no lo
pudieron deshacer, se quedó allí en el aire, en el agua, en el fuego, en la
tierra.
Nos lo heredaste a todas, todas lo tenemos.
Pero muchas no lo saben, no lo entienden, no lo aprovechan.
Gracias por lo que fuiste, por esa huella, por
esa fuerza, por esa sabiduría por esa herencia que nos dejaste, por esa
enseñanza.
Gracias
por esa imagen ilusoria de sombrero negro y de alma blanca que nos
motiva a poder volar, a poder transformar, a poder crecer, a poder gritar.
Gracias por lo que fuiste, por lo que eres y
siempre serás, para mí, para muchas, para todas.
Mujer, te quemaron por «bruja», dicen los textos de historia.
Comentarios
Publicar un comentario